Formentor y Mercados Tradicionales de Palma de Mallorca

Descripción de la experiencia

Nuestra aventura empieza visitando un mercado tradicional mallorquín, una forma excepcional de conocer la isla y las tradiciones de cada pueblo. Son el lugar perfecto para comprar productos de alimentación o artesanía típicos de la isla. Dependiendo del día de la semana que se elija para la escapada, habrá una parada en el mercado de Sineu o una parada en el mercado de Alcúdia que se monta junto a sus famosas murallas que rodean todo el casco antiguo de la ciudad. En su interior, las calles son peatonales y con gran número de tiendas bares y restaurantes. En el mercado tendra la oportunidad de probar diferentes productos de la isla como fruta, verduras típicas o productos artesanos como el queso, aceite, vino, sobrasada o aceitunas.
Continuaremos hacia el Puerto de Pollensa, que es un importante núcleo turístico donde destaca su hermosa playa de arena, su puerto deportivo y su paseo marítimo. En este punto de la localidad encontramos la iglesia y multitud de bares y restaurantes.

(SOLO LOS MESES DE VERANO) Te ofrecemos la posibilidad de hacer un pequeño trayecto en barco por la maravillosa bahía de Pollensa, en el que podremos disfrutar de unas panorámicas excepcionales del norte de Mallorca desde el mar.
Nuestra aventura seguirá dirección a la playa de Formentor. Es el escenario ideal para descansar, tomar un refrescante baño en sus aguas cristalinas (si la temperatura lo permite) y disfrutar de los rayos del sol mientras hundimos los pies en su arena blanca. Toda una experiencia para los sentidos.
Al finalizar la visita a la playa, y ya de regreso, haremos dos paradas importantes. La primera en el famoso mirador de ‘Es Colomer’, situado a 200 metros de altura. Este mirador ofrece una de las mejores vistas panorámicas del Mar Mediterráneo y de la cornisa marítima de este enclave, tan característica de la Tramuntana. Su paseo por el acantilado y sus vistas te enamorarán. La exuberante belleza del Cabo Formentor, se conforma por los vientos y la erosión del mar que van modelando día a día la variada y escarpada costa de este cabo. En algunos puntos, los acantilados alcanzan los 300 metros de altura y las vistas desde estos puntos de la carretera hacen de esta zona uno de los parajes más extraordinarios de Mallorca.
La segunda parada que haremos antes de finalizar nuestra excursión será en un campo de almendros, donde en estos meses de invierno brotan llenos de flores de colores rosas y blancos. Toda una experiencia visual